Con la llegada de Windows 10 empieza la cuenta atrás para la desaparición de los sistemas operativos más antiguos de Microsoft. A finales de octubre de 2016 dejarán de venderse ordenadores que lleven instalados de fábrica, Windows 7 y 8.1.
Ya a finales de junio dejarán de venderse ordenadores con Windows 8, de acuerdo con la tabla que publica de manera periódica Microsoft sobre el ciclo de vida de sus productos.
Los usuarios que por cualquier motivo necesiten mantener estos sistemas, tendrán que cargarlos de manera individual, por ejemplo para integrar PCs en redes preexistentes.
Según el blog especializado zdnet.com, Microsoft cambia así la regla vigente hasta ahora de sacar del mercado la versión anterior, dos años después del lanzamiento de la nueva. El soporte técnico no se acaba con la venta, sino que para Windows seguirá habiendo actualizaciones técnicas hasta enero de 2020 y para Windows 8.1 hasta enero de 2023.
Dpa/Vinilo Negro