Lil Wayne ha vuelto a ser ingresado, en esta ocasión en un hospital de Chicago, tras sufrir convulsiones y ser encontrado inconsciente en la habitación de su hotel, en la ciudad del viento.
El rapero tiene un largo historial de hospitalizaciones en los últimos años, debido al problema con la epilepsia que padece. Una vez hospitalizado el rapero sufrió otra convulsión. Esta segunda convulsión es lo que determinó a los médicos a tomar la decisión de que Wayne, de 34 años, siguiera ingresado, a pesar de que el entorno del rapero, quería que se le diera el alta.
El rapero sufrió varios ataques el pasado año en los meses de junio y julio. En el último en Las Vegas, y tuvo que cancelar el concierto que tenía que dar en el Tao Nightclub. Fue hospitalizado, pero luego fue dado de alta. El ataque entonces se produjo por la medicación que tomaba, para prevenir futuros ataques.
En el del mes de junio, el artista sufrió dos convulsiones durante un vuelo de California a Wisconsin y su avión privado tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia, directo al hospital. Pero solo dos días después Wayne volvió a los escenarios en la convención E3 que se celebró en Los Ángeles, donde el rapero estaba promocionando una nueva App para el móvil.
El rapero es epiléptico y ha sufrido ataques desde niño. El más grave de sus ataques fue en marzo de 2013, cuando se le tuvo que inducir el coma en el Cedars Sinai en Los Ángeles. Los problemas se pueden agravar por el stress y la falta de descanso. El rapero dice que toma cuatro botellas de agua al día, para estar perfectamente hidratado.
