La industria musical quiere que las plataformas digitales paguen más

Las discográficas no saben cómo sacarle el jugo a las ventas digitales. Se consume más música que nunca, pero los ingresos contradicen una y otra vez esos datos. El streaming es el futuro, pero lo cierto es que no da dinero. Hoy en día tener un #1 en USA y UK con el factor streaming como vehículo para llegar a la cima, no da ingresos. Es preferible ser #10 pero vender más copias puras o tradicionales, a estas alturas lo sabe todo el mundo.

Rihanna, Beyoncé, Drake, Justin Bieber o incluso Adele, que no se beneficia tanto del streaming, todos pueden ser #1 y romper récords en listas, ingresan menos que los que venden copias puras, aunque estos no salgan en la foto. ¿Cuál es la solución de las discográficas y la industria? Sacarle más jugo a las plataformas digitales.

La industria fonográfica británica, la BPI, que lleva los derechos de autor del Reino Unido, según ellos no reciben el dinero necesario de un YouTube o en menor medida de un Spotify. La música británica tuvo un share global en 2015 del 17.1%, algo que es absolutamente ficiticio, Adele vendió 17.4 millones de copias en mes y medio, si el disco de Adele hubiera salido en 2016 otro gallo cantaría, pero lo cierto, es que con este porcentaje, que por cierto es mayor, que el de la invasión británica musical en los 60 y 80 en Estados Unidos, BPI no está conforme con lo que saca de las plataformas.

La pregunta que se hacen es que si en la industria británica el audio streaming creció un 82% y supuso un 69% de subida de revenue a los 146.1 millones de libras (Spotify, Apple Music, Deezer, Tidal), porqué el vídeo streaming, que creció un 88%, generó solo un 0.4% de incremento en revenue hasta unos escasos 24.4 millones de libras (YouTube, Vevo, Soundcloud). Es decir los artistas y discográficas recibieron de beneficio el 86% procedente del audio y el 14% procedente del vídeo.

En otras palabras, por cada vídeo que se pone un artista recibe 0.000907 libras (0.00132 dólares) por stream. En contraste por cada audiostream se reciben 0.00549 libras (0.008 dólares) por stream, cerca del famoso payout de siempre de 0.007 dólares por tocada. Es decir 6 a 1.

En el Reino Unido las ventas de discos de artistas ingleses supusieron un 54.7%, la mejor cifra en casi 20 años, además de tener de los 10 primeros, 7 británicos en el top 10. Geoff Taylor responsable de BPI y de los BRITS, urge a cambiar esto y que Apple Music, Spotify y YouTube paguen más por estos servicios. Otro de los miedos, es que la piratería descienda, porque se consume más música en YouTube que es legal y además permite sin muchos problemas grabar todo en MP3 a una calidad estupenda. Es decir una piratería enmascarada.

Pero lo cierto es, que como apunta The New York Times, la venta en vinilo aporta más a los artistas, que los millones de streams que se generan en YouTube.

Y la pregunta entonces es la siguiente, ¿porqué desde hace unos meses el streaming cuenta para las listas? ¿Porqué se generan polémicas cuando un artista tiene el #1 en ventas y no es realmente el #1? ?Porqué hay la crítica constante de que las listas ya no son listas? Si se quiere luchar contra YouTube y lo que representa, ¿porqué se le da el poder de que decida las listas americanas o británicas?

¿Porqué se saca más tarde en ciertos artistas, el disco físico a la venta? Si el físico, ya sea CDs o vinilos, genera siempre más revenue que el streaming, ¿porqué se sigue potenciando el streaming en detrimento del físico?

Hace unas semanas se hizo un estudio, de lo que supuso la llegada de Napster en 1999 a la industria musical. Cuando salieron todas las plataformas P2P y la piratería se adueñó de la industria y las ventas cayeron en picado y los gustos de los usuarios, pasaron de comprar discos a comprar o piratear canciones, la pregunta que nos hacemos todos, es…¿porqué las discográficas no bajaron el precio del CD? ¿Porqué ahora que se vuelven a comprar vinilos, son enormemente más caros que un CD? ¿Es que no aprendemos de los errores?

En 1986 el precio medio de un CD eran entre 15 y 20 euros más o menos, hoy en día salvo en Amazon y similares, donde siempre se encuentra más barato, el precio es el mismo 30 años después, en los discos que son novedades. Pero el vinilo costaba mucho menos que el CD entonces y 30 años después cuesta casi el doble. La pregunta del millón, ¿porqué cuando el CD a principios de los 90 se convirtió en el formato dominante, no se igualó a la baja con el vinilo? Y la segunda pregunta del millón, ¿porqué cuando en 1999 Napster ya era una realidad, no se bajó el precio del CD? Si la gente quería canciones y no comprar un CD entero, ¿porqué no ponerlo fácil para que la gente comprara el discos entero?

La respuesta es que no lo hicieron. Los artistas aquí tienen poca culpa, y como siempre se va a rebufo de las mejoras tecnológicas y de los gustos del consumidor. No basta solo con pedir a las plataformas digitales que paguen más, uno no cobra más al proveedor porque el beneficio ha bajado, pregúntense porqué baja el beneficio y tomen medidas. Y las medidas tampoco pasan por hacer contratos leoninos a los artistas.

Y dejen de jugar al gato y al ratón. Otro punto, las exclusivas recientes de Drake, Beyoncé, Rihanna, Kanye West y compañía, cerrando una exclusividad con una plataforma en concreto, no benefician más que a la plataforma, nunca beneficia al fan o al usuario. ¿En serio alguien piensa que el usuario va a suscribirse a Tidal, Apple Music, Spotify, etc, a la vez? Despierten, no lo van a hacer. Es muy loable y absolutamente legal, que se busque el generar más suscripciones, buscando exclusivas, son negocios privados que buscan maximizar el beneficio, pero va en contra del usuario, que se ve abocado a tener todos los servicios, o a esperar a que termine una exclusiva para consumir la música del artista.

Queremos hacer una mención especial con Tidal, probablemente la única plataforma que ofrece más al usuario y también al artista. No tiene los 30 millones de Spotify o los 13 de Apple Music, pero es significativo que todos los artistas la alaben.

Pero no nos engañemos, cuando uno escucha a Bruce Springsteen, no escucha a Sony o Spotify, escucha a Bruce Springsteen, que no se nos olvide nunca, los artistas son los que crean, la discográfica es el vehículo además de las plataformas digitales, y el usuario paga por ver, o escuchar al artista, o no, pero le da igual cuál sea la discográfica del artista y en qué plataforma lo escuche. El artista es al que hay que cuidar realmente.

Vinilo Negro