Cómo el streaming salvó la lista de canciones en España, un recorrido por la lista de singles en los últimos 33 años

En 2014 la lista de canciones en España agonizaba. Promusicae había intentado sin conseguirlo recuperar una lista básica en cualquier país considerado top 13 por la Ifpi, pero que en España era invisible. Este es el punto de partida de una historia, pero tenemos que irnos 30 años atrás.

Cuando Afyve decidió lanzar las primeras listas oficiales de álbumes y singles en nuestro país, era ya marzo de 1986. Afyve hizo un trabajo pésimo con la lista de canciones, salvo los primeros años. Convirtió a la lista con el paso de los años en una lista completamente irrelevante, frente a la que muchos entonces consideraban la lista oficial de España, la de los 40 Principales, ahora Los 40.

Afyve fue incapaz de hacer una lista medianamente viable simplemente por completo desconocimiento. Es verdad que no ayudó el escaso predicamento en la venta de singles o maxi singles o incluso CD-singles de la época en nuestro país, pero en lugar buscar soluciones, la lista fue quedándose en poco menos que en algo que se mandaba todas las semanas a las discográficas y que estas evitaban por completo, porque no reflejaba la realidad, y eso que al principio sí funcionó.

Cuando comenzó 1999 había listas de maxi-singles y en la segunda semana de marzo se unificó a singles y maxi-singles . Esta definición era prácticamente la que se había utilizado casi desde 1986 y en los primeros años como decimos, sí funcionó el binomio. En 1996 se había vuelto a quedar solo en maxi-singles.

Y entonces llegó internet, llegó Napster y las caídas brutales en ventas de discos, CDs y por supuesto singles y maxi-singles, que fueron los que más se vieron afectados en proporción, al descargarse el usuario masivamente las canciones de internet.

La industria musical como siempre tan dada a buscar culpables, lanzó toda la culpa contra los fans, poniéndoles trabas constantemente y culpándoles del descalabro, en lugar de buscar soluciones efectivas. Muchas de las trabas fueron desestimadas en juicios, como por ejemplo la implantación del sistema anti copia en los CDs, que hacía prácticamente imposible escuchar el disco si no era en un reproductor de CD de una cadena, pero que en el coche por ejemplo no se podía poner. Los usuarios descubrieron que los programas de la época si leían el CD y todos ellos fueron convenientemente ripeados, ante el asombro de la industria, como siempre superada por las tecnologías.

La industria musical mundial no quiso ver venir internet, el mp3 y las descargas, y tampoco supo hacer frente al streaming al principio, aunque con el paso de los años, ese avance, que se gestó con Napster, ha terminado por hacer cuadrar los números y ha hecho que el tener una página ilegal de descargas, aunque todavía las hay, sea casi cosa ya del pasado. El streaming ha salvado a la industria, un avance tecnológico. Cuando Promusicae llegó en 2004 a encargarse de las listas en España, en lugar de poner orden, puso más caos todavía ayudado como siempre por las discográficas.

Apenas dos años después, en 2006 el panorama era desolador en la lista de singles y maxisingles. Era solo un top 20 y para que nos hagamos una idea de lo que se vendía, solo El Arrebato con Himno oficial del Sevilla y Vivir para contarlo de Violadores del Verso aparecían como certificados como disco de oro, que entonces eran 10.000 unidades.

Pero había otra lista que se mandaba a las discográficas y que hacía Nielsen, era la llamada Listas de Descargas digitales, era una lista de 100 títulos y como rezaba el pie del PDF, que recogía datos de eMusic, iTunes, MSN Music Club, Tiscali y Vodafone. Esa lista es el antecedente a las que tenemos ahora con streaming, y el #1 el 31 de diciembre era Dover con Let me out y unas saludables 5.000 unidades. La canción con la venta acumulada más importante era David Bisbal con Quién me iba a decir y 66.000 unidades, todo un logro.

Pero en 2007 Promusicae y las discográficas perdieron de nuevo el control, en lugar de seguir con esta lista de descargas a todas luces mucho más definitoria de lo que debería ser una lista de un país, se les ocurrió que había que dividir las listas en Singles y Maxi Singles, Canciones y Tonos Reales!!!!

En la lista de canciones a todo esto, la que realmente importaba el #1 en la última semana de diciembre era Juanes con Me enamora y casi 6.000 copias, y un total espectacular para la época, 125.000 unidades. El platino entonces estaba en 20.000 unidades. En la lista de tonos el #1 era Eros Ramazzotti con Ricky Martin y No estamos solos pero con más de 9.000 unidades. Efectivamente las operadoras hicieron el agosto con los tonos, la gente se los descargaba para el móvil a un precio sonrojante y se vendía más que la canción completa en iTunes por ejemplo. Otra cosa que no ayudaba era que en la época, las canciones de iTunes, solo se podían escuchar en dispositivos de Apple, eso afortunadamente cambió.

Amor gitano de Alejandro Fernández y Beyoncé, la canción de hecho más certificada en la historia de canciones en España, solo en tonos había vendido más de 325.000 a finales de 2007. En 2008 se decidió cambiarle el nombre y se la llamó lista de Realtones, pero los tonos dejaron de funcionar y el #1 apenas superaba las 4.000 unidades y podías ser top 100 con apenas 80 unidades. Sin embargo la lista de iTunes empezaba a ser mucho más saludable, y el #1 vendía más y para ser top 100 necesitabas más de 100 unidades para entrar.

Promusicae y las discográficas hicieron en la primera semana de 2009 lo correcto y las unieron, pero hicieron lo correcto no porque les pareciera la mejor idea, sino por necesidad. Y en la primera semana de 2009 nace la primera lista real de canciones en España, sobre la que tomamos todas nuestras estadísticas. La lista juntaba todo y se llamaba top 50 canciones, el primer #1 fue Carlos Baute y Marta Sánchez y Colgando en tus manos, con casi 14.000 unidades, sí, han leído bien.

Promusicae subió la certificación hasta las actuales, el platino 40K y el oro 20K. Para las discográficas se mantuvo un top 200 de canciones digitales y un top 200 de Realtones. Pero las ventas fueron cayendo, las descargas comenzaron a morir y en 2012 comenzaron a bajar drásticamente. Había una plataforma sueca que se llamaba Spotify y que ofrecía por una suscripción millones de canciones y además podías consumirlo también de manera gratuita con un registro.

Las discográficas en España y Promusicae tardaron en ver venir qué podía significar Spotify y otras que nacieron posteriormente. Aunque en España marcas como Teléfonica, El Corte Inglés y los propios 40 intentaron montar plataformas similares, no pudieron en parte por culpa de las propias discográficas, que primaron el revenue y un fee a todas luces imposible de pagar.

A mediados de 2009, 31 canciones dentro del top 50 estaban certificadas, apenas 4 años en 2013 ese número había bajado a 12. Solo un año después, mediados de 2014, la situación era insostenible, solo 4 canciones del top 50 estaban certificadas.

El streaming ya funcionaba en las listas de medio mundo. Promusicae y las discográficas, que siempre son proclives a lanzar listas a diestra y siniestra habían lanzado una lista paralela de canciones de streaming en 2013 y que como ahora con la de álbumes no querían unir. En 2014 mientras que en la teórica lista oficial solo 4 canciones estaban certificadas como oro, en streaming donde también se certificaba, 4 millones oro y 8 millones platino, hasta 26 canciones dentro del top 50 estaban certificadas y además era un top 100, no solo un top 50.

De nuevo acuciados por la necesidad decidieron unirlas, y al igual que habían hecho en 2010 con la lista de álbumes, hicieron otra cosa buena, actualizaron las certificaciones de las canciones, sumando en este caso la venta digital y el streaming, por lo que nació en 2015 el top 100 de canciones tal y como lo conocemos actualmente. Aunque en 2018 hicieron una cosa incorrecta, ajustar el ratio y una correcta, dar más peso al streaming de pago. Es incorrecto ajustar el ratio, lo que se debería haber hecho es ajustar las certificaciones.

No olvidemos que antiguamente 100.000 unidades eran platino y el oro 50.000 unidades. Si el streaming sigue subiendo, que lo sigue haciendo, no se puede ajustar el ratio, para que cada vez sea más difícil conseguir una certificación, porque estamos devaluando el crecimiento de la industria, no se hace en ningún país.

Si no se hubieran juntado las dos listas, el panorama hubiera sido desolador, ninguna canción habría sido platino en 2018 solo con la venta, de hecho ninguna canción llegó a las 30.000 unidades, solo Perfect de Ed Sheeran y Lo malo de Aitana y Ana Guerra superaron las 20.000 unidades en 1 año y solo Teléfono de Aitana y durante solo una semana, superó las 5.000 unidades, todas ellas mínimo triple platino con streaming. Da terror imaginar que hubiera sido de la lista sin sumar el streaming.

Con el streaming desde el 2015, hemos tenido canciones que han sido 13 veces platino como Despacito de Luis Fonsi y Daddy Yankee o 10 veces, como Shape of you de Ed Sheeran y son incontables ya las canciones que son certificadas cada año.

Promusicae hizo lo correcto, el problema de la industria musical española y de las discográficas, es que solo toman las decisiones correctas, cuando no tienen más remedio. Hoy la lista española de canciones refleja el consumo real en España, y aunque hoy Los 40 sigan diciendo que su lista es la más importante del país, quizás lo sea a nivel de popularidad, pero no es el reflejo de lo que se consume en España y eso es bueno, porque denota independencia, aunque no haga mucha gracia que los artistas españoles no tengan tantas posibilidades de ser #1, aunque eso va cambiando poco a poco.

Promusicae y las discográficas al tomar decisiones sobre las listas, deben entender que no tienen que primar sus intereses, sino hacer lo que el mercado dicta, independientemente si eso perjudica o no a sus artistas. El mercado y la tecnología mandan y siempre van a ir por delante de ellos. La manera en la que tomen las decisiones en el menor tiempo posible, será la clave.

Un último punto, el artículo no pretende ir ni en contra de Promusicae ni de las discográficas, estos problemas también los han tenido otros países a lo largo de la historia. Pero sí hacer ver, que en la toma de decisiones, puede haber gente que aunque no esté dentro del binomio que forman Promusicae y las discográficas, puede aportar una visión de las cosas no tan localista, pero sobre todo más independiente y con conocimiento y ayudar a mejorar las listas.

Hoy en día en España tenemos una lista de canciones, que aunque sigue teniendo fallos, refleja de manera clara el consumo en España gracias al streaming. Nos ha costado un poco, pero hemos llegado.